jueves, 17 de abril de 2008

La espera

Cuando decides empezar a tirar de este hilo rojo nunca te imaginas qué es lo que vas a llegar a sentir. Lees, escuchas, compartes con otras familias… pero realmente no entiendes esa “desesperación ante la espera” hasta que te ves inmerso en ella. Apenas hace 4 meses y varias semanas que presentamos nuestra solicitud y ya sentimos dicha “desesperación”. Ayer mismo nos preguntábamos por qué. Habíamos decidido empezar este eterno camino siendo conscientes de que la espera se sitúa ya en 27 meses desde la fecha de registro del expediente en China. Habíamos decidido disfrutar de este tiempo que nos queda viviendo la última etapa de nuestras vidas “sin ser papás”. Habíamos decidido hacer muchas cosas, disfrutar de las siestas, del sueño reparador, de la lectura, del descanso… escaparnos de vacaciones a esos lugares que siempre quisimos visitar y que con un niño muy pequeño sería más complicado. Pero es curioso… ahora sólo se me ocurren esos lugares que visitaremos cuando ese peque llegue a casa, esos países remotos que queremos compartir con él, no soy capaz de concentrarme leyendo sin encontrar una simple alusión a China, a esa espera, a esa desesperación. A veces me pregunto por qué se vive esto tan intensamente. Si en la recta final de un embarazo el cansancio, el malestar y la pesadez pueden contigo… ¿qué pasa cuando tienes tu alma embarazada 27 meses en lugar de 9? ¡Eso sin contar con el tiemo que tardas en obtener la idoneidad!

Hace unos días leí en el Periódico.com que “El Govern de Cataluya presenta un plan antiestrés” para la espera en las adopciones con la intención de “procurar una mayor preparación de las familias y paliar las angustias que suelen aparecer mientras se espera la llegada del menor”. ¿Angustias? Ansiedad, dolor, decaimiento, abatimiento, sensación de malestar… ¡¡¡DESESPERACIÓN!!!

Hoy una buena amiga compartía conmigo estas sinceras palabras (y espero que no le importe que las cite textualmente): No hay ninguna fórmula mágica ni ningún consejo que te pueda dar, pero solo que sepas, que estés totalmente segura, que ese momento llegará, y que el día que llega y que por fin tienes a tu hija (¡o hijo!) en brazos, todo lo que has imaginado, todo lo que has deseado... no tiene nada que ver con lo que te encuentras, la realidad lo supera todo, y sabes que ha merecido la pena, que esa es tu hija y no otra, ¿el hilo rojo?, pues no lo sé, pero algo de mágico sí tiene. No puedo decirte que el dolor de la espera se borre de un plumazo, pero desde luego no tienes ni la más mínima duda de que ha merecido la pena y es entonces cuando la vida te recompensa.

Muchas gracias por tus palabras, llenas de fuerza ante la desesperación. Tal y como te han dicho… ¡son palabras dignas de colgar en la nevera para no olvidarlas! Y así lo haremos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabias palabras las de tu amiga. No las olvides nunca porque estan llenas de razón.
Isabel
http://isabel-miblog.blogspot.com

ludy11 dijo...

Ufffffffff, creo que asi nos sentimos todos. Cuando empiezas en el camino de la adopcion crees que estas preparado para la larga espera, pero cunado estas de lleno en el, te desesperas con mucha facilidad y no ves el pasar de los dias y no te imaginas haciendo las coas que tenias planeadas a solas con tu marido, sin pensar que con ella seria aun mejor. Pero e temo que tenemos que aprender a no desesperar en exceso y disfrutar mucho de las cosas que despues ya no podremos hacer y pensar que el tiempo pasa rapido, para bien y para mal y dentro de nada tendremos a nuestros pequeños con nosotros y ya no podremos dar marcha atras.

Animo y que la espera sea lo mas cortita posible.

Ahhh, si te pasas por mi blog, veras que te he otorgado un premio, espero que te guste.

Besos