domingo, 28 de julio de 2013

5 años esperándote

Regalo de papá. Andrea, papá y mamá tirando fuertemente del hilo rojo.
Dice mi madre que cuando yo tenía 9 meses e íbamos a comprar a la tienda de toda la vida me sentaba en el mostrador de la tienda y desde allí le iba indicando todas aquellas cosas que tenía que comprar. Cuenta ella que tuvo que responder muchas veces a la pregunta de si era enana porque hablaba muy alto y muy claro pero era tan pequeña (estatura normal de 9 meses) que la gente pensaba que era enana. 

Cuenta también que no es capaz de recordar la edad en la que yo empecé a decir que cuando tuviera hijos serían chinos. Dice que la familia y aquellas personas cercanas me decían siempre "¡pues tendrás que casarte con un chino!" pero que sorprendentemente un día empecé a contestarle "o los adoptaré". 

No había ni una sola persona en la familia adoptada por lo que no era un tema de conversación de temática habitual en casa aunque años después, tras el fallecimiento de una persona de la familia, supimos que días antes de morir alguien le contó que era adoptada. Nunca tuve la oportunidad de preguntarle por su historia. 

Apenas tenía 18 años cuando empecé a buscar información sobre la adopción en China; revistas, recortes, cuentos sobre el tema y buceo por aquel no tan asiduo internet. Mi dominio del inglés era escaso puesto que yo había estudiado francés hasta la fecha pero aún así, buceaba en todos los idiomas que encontraba y, diccionario en mano (mi biblioteca de diccionarios es bastante amplia) conseguía aprender algunas cosas que para mí eran un gran descubrimiento. En aquel mismo año en que yo cumplía los 18 años, nacía AFAC, la asociación de familias adoptantes en China. 

Poco a poco supe que la fecha en que podría presentar mi expediente de adopción era el 11 de enero de 2008, el día de mi 30 cumpleaños. Debía estar casada al menos 2 años, debía tener trabajo y una vida estable. Hasta entonces no podía hacer absolutamente nada. Descubrí lo que eran las ECAIS y tuve claro que jamás tramitaría a través de una de ellas. 

Durante años descubrí blogs, conocí personas maravillosas a las que no conocía pero con quienes lloré a través de una pantalla en sus asignaciones y desesperanzas. En mayo de 2007 el corazón se encogió cuando China endureció los requisitos para adoptar en aquel país. Nada más ver la noticia repasé todos los puntos uno a uno, puesto que penas faltaban unos meses para mi cumpleaños. ¡Los cumplíamos! pero debo reconocer que el corazón palpitaba muy muy fuerte mientras los leía. 

Dos meses antes de cumplir los 30 años, con todos los deberes hechos y cumpliendo todos los requisitos exigidos, presentamos la solicitud de adopción. El expediente tiene la fecha del día de mi 30 cumpleaños. Parecerá una tontería... pero presentando el expediente dos meses antes... ¿por qué iba a coincidir la fecha? ¿Sería que llevaba toda la vida esperando que llegara? Nunca me ha importado cumplir años, pero nunca jamás he tenido tantas ganas de tener una edad como la de cumplir 30. 

Formación, entrevistas, documentación, papeleo, certificados, carreras, llamas y colas, muchas colas, separaron aquella fecha del 28 de julio de 2008, fecha en la que nuestro expediente tuvo entrada en China. 
Regalo de Andrea, tu prima

Muchas, muchísimas cosas han pasado desde entonces... Y hoy vuelve a ser día 28. Mentiría si digo que llevo 5 años esperando. Mentiría si digo que llevo 10 años esperando. Casi me aproximo si digo que llevo 20 años esperando pero sólo yo, sólo mi corazón en días como hoy, sabe lo que realmente pesa esta vida dedicada a una espera incierta que no sólo desesperanza, sino que también duele. 

Hace 5 años la espera de la llegada del menor estaba en tres años. Hoy está en 7. Ya llevamos 5. Nuestro expediente depende de un hilo pero siento con certeza que a fecha de hoy está vivo. Lo que ocurrirá a partir de ahora es incierto. Y saber que tras muchos años de espera puede que nunca lleguemos al final... DUELE. 

Hoy podemos decir que, por fecha de registro, esperaremos 5 años menos. 5 años menos no para llegar al final, sino para saber si llegaremos o no al final. Una dura carrera de fondo que, en días como hoy, pasa factura. 

5 años menos. 5 años menos. 


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dos cosas:

1. en vez de esperar tantos años por qué no tramitáis por Pasaje Verde?

2. Una ECAI tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero a la hora de solucionar un problema sobre todo estando en Chin (por ejemplo una asignación fallida por problemas de salud del peque) su ayuda sería impagable

Anónimo dijo...

Sola decirte que a veces el camino puede ser largo muy largo, y también a veces el final no es el que habíamos imaginado, pero nos sirve para aprender, vivir y estar preparados para lo que pueda llegar. Yo también había soñado con china, al final la opción ha sido muy diferente, pero también muy feliz. Te deseo mucha SUERTE y un feliz camino.
Me gusta tu blog y seguiré leyéndolo.
Un abrazo.